Santos óleos
¬ Juan Manuel Magaña viernes 14, Nov 2014Política Spot
Juan Manuel Magaña
Aunque bastante a destiempo, la jerarquía católica se atrevió a hacer un diagnóstico, y nada menos que ante el Papa Francisco, de la cruel realidad que vive México, misma que por mucho tiempo ha estado ahí frente a sus narices sin que fuese vista o francamente ignorada.
Un día antes, el padre Alejandro Solalinde había acusado a la jerarquía eclesial de ser partícipe de la tragedia nacional “por su actitud de acompañamiento a un gobierno que no da resultados ni en la seguridad ni en lo económico”.
La Iglesia católica, decía el clérigo, “ha sido también compañera de cúpula y de agenda cupular de un gobierno simulador, al que le han dado su lugar como si de veras fuera un gobierno responsable”.
El caso es que este miércoles los obispos del país le enviaron una carta al Papa en la que señalan que “la situación del país ha empeorado desatando una verdadera crisis nacional”.
Luego de la XCVIII Asamblea Plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano, los obispos mencionaron que en México se “viven diversas formas de injusticia, inequidad, indiferencia, inseguridad, miseria, corrupción, impunidad, violencia y muerte, como ha quedado evidenciado en “los terribles sucesos de Iguala”.
También le pidieron al Papa Francisco que ore por el pueblo mexicano, por los estudiantes desaparecidos y por quienes padecen problemas semejantes. Y le informan que durante la asamblea tratarán de descubrir los signos positivos para contribuir a la construcción de un México próspero y en paz.
Por añadidura, el cardenal Francisco Robles, presidente del episcopado mexicano, soltó ante la prensa un “! Basta ya¡ ¡no queremos más sangre! ¡No queremos más muerte, más desaparecidos, más dolor y vergüenza!”, para luego solidarizarse con las familias de Iguala.
Hay que decir que el que los curas de élite tengan una falsa preocupación y solidaridad con los problemas y dolores del país -pues sólo reaccionan a toro pasado y apurados por su propia imagen-, no quiere decir que no tengan razón en lo que hasta ahora le exponen al Papa.
Tampoco hay que dejar escapar el hecho de que en su carta apelan tácitamente al exterior, como si durante todos estos años no hubiesen podido hacer sus críticas y denuncias acá adentro, y como si el país careciera ya de recursos internos para salir adelante.
Su diagnóstico, no obstante, es similar al del influyente diario estadunidense The New York Times, que aseguró que en México se ha fracasado en el intento de frenar la violencia.
Al referirse al caso Ayotzinapa, en un editorial titulado “Ley y Orden en México”, el periódico sostiene que “los mexicanos están comprensiblemente indignados con un gobierno que ha fracasado en dar seguridad, respetar el estado de derecho, lograr que los criminales respondan por sus actos y garantizar que haya justicia para las víctimas y sus familias”.
El diario identifica un “patrón” de violencia en México, donde unas 22 mil personas han desaparecido desde la ola de violencia del narcotráfico desatada en 2006 -te hablan Felipe Calderón-, mientras que otras 100 mil han muerto. Todo esto ha pasado y el clero apenas reacciona. Con ello prueba que sólo sirve para administrar los santos óleos.